Un 75% de los catalanes con movilidad reducida precisa de ayuda para salir de su casa y un 2% no lo hace nunca

  • En Cataluña, más de 350.000 personas tienen problemas de movilidad, siendo las escaleras y el acceso al portal los espacios de las comunidades vecinales donde peor se desarrollan.
  • La ayuda de amigos y familiares (73%) es el principal recurso utilizado para poder salir de casa.  
  • “En ocasiones, el hogar se convierte en una prisión por las personas con movilidad reducida dada la dificultad para poder entrar o salir” afirma la directora de la Fundación Mutua de Propietarios.

 

Barcelona, 26 junio de 2019.- Un 75% de los catalanes con movilidad reducida precisa de ayuda para salir de su casa y más de 7.000 (un 2%) no lo hace nunca. Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Movilidad reducida y accesibilidad en el edificio” elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) con el objetivo de conocer la situación en la que viven los 7.052 catalanes que tienen movilidad reducida.

De acuerdo con el informe, un 39% de este grupo social en Cataluña pasa muchos días sin salir de casa, siendo uno de los principales motivos la falta de accesibilidad del inmueble en el que residen. De hecho, el 30% considera que si su edificio estuviera más adaptado a sus necesidades saldría con más frecuencia de casa, un porcentaje que se duplica en el caso del 18% de las personas con movilidad reducida que residen en edificios sin ascensor.

“En ocasiones, el hogar se convierte en una prisión para las personas con movilidad reducida dada la dificultad para poder entrar o salir, encontrándonos con personas que se encuentran prisioneras en su hogar por la falta de accesibilidad en su edificio”, afirma la directora de la Fundación Mutua de Propietarios, Laura López Demarbre.

Por su parte, el presidente de COCEMFE, Anxo Queiruga, pone  énfasis en que “es imprescindible que las personas con discapacidad seamos autónomas para que podamos participar en igualdad de condiciones y ejercer nuestro derecho en la educación, en el trabajo la ocupación o el ocio”.

El estudio desvela que un 61% de los encuestados catalanes tiene problemas de movilidad sin ser usuarias de silla de ruedas, bien porque utilizan algún tipo de sistema de apoyo (muletas, bastón, caminador…) o simplemente porque deambulan de forma inestable; y que el 37% utiliza silla de ruedas manual o eléctrica. “La importancia de este dato radica en que si la persona propietaria es usuaria de una silla de ruedas, la necesidad se detecta de una forma más clara. Aun así, nos encontramos con personas más mayores o personas con discapacidad orgánica que no pueden bajar las escaleras, ante la negativa de las comunidades de vecinos/as que no detectan la necesidad inmediata”, explica Queiruga.

La normativa vigente atribuye a las comunidades de propietarios la responsabilidad de garantizar la accesibilidad en el edificio. En este punto, el estudio detecta que las comunidades con mayor número de vecinos son las que, en menor medida, han realizado acciones a favor de la accesibilidad, “poniendo de manifiesto la complejidad que representa solicitar ayudas en edificios con un número elevado de vecinos, donde influye la negociación y la corresponsabilidad de un número importante de personas que no siempre están sensibilizadas con los problemas de movilidad reducida”, afirma López Demarbre.

Fondo Estatal de Accesibilidad.

Por este motivo, la Fundación Mutua de Propietarios y COCEMFE reclaman la creación de un Fondo Estatal para la Accesibilidad Universal, haciendo énfasis en que “es imprescindible que se establezcan ayudas específicas para todas las comunidades vecinales que tienen que afrontar obras de accesibilidad para garantizar el derecho a una vida independiente”.

Y es que, de acuerdo con un estudio anterior de la Fundación Mutua de Propietarios, solo un 0,6% de los 9,8 millones de los edificios de viviendas en España cumplen los criterios de accesibilidad universal, a pesar de que en 2017 finalizó el plazo para que las comunidades de propietarios cumplieran con los requisitos de accesibilidad universal incluidos a la Ley General de Derechos de las Personas con Discapacidad.

Según el informe “Movilidad reducida y accesibilidad en el edificio”, las limitaciones de movilidad derivan, principalmente, en dificultad para desplazarse dentro y fuera de casa, y por este motivo, las carencias en materia de accesibilidad de los inmuebles han propiciado que un 20% de las personas con movilidad reducida en Cataluña hayan tenido que cambiar alguna vez de domicilio por este motivo.

Escaleras y portal son los espacios de los edificios que producen limitaciones más grandes a las personas con movilidad reducida. En concreto, las escaleras provocan que el 79% de estas personas no se puedan mover de manera libre, seguidas del acceso a la calle en el portal (34%), o en el mismo portal (27%), que también representa una barrera dentro del edificio. Además, las principales mejoras que se harían en el edificio son la instalación de un ascensor, para quien no lo tienen, y las puertas automáticas.

Para tratar de solucionar esta situación, los principales recursos utilizados por los catalanes con movilidad reducida son la ayuda de familiares y amigos (73%). Así mismo, un 26% cuenta con personal profesional de apoyo y un 24% recibe ayudas económicas, siendo destacable que un 7% asegura que no dispone de apoyo.

Así mismo, las nuevas tecnologías también están jugando un papel positivo en la realización de las tareas habituales: un 48% asegura que las utiliza para sus gestiones y un 21% para realizar compras por internet. No obstante, se percibe en el estudio una brecha digital que afecta a los mayores de 60 años y a los que viven en zonas geográficas con servicios digitales menos desarrollados.

Sentirse mal con un mismo

El estudio “Movilidad reducida y accesibilidad en el edificio” establece una clara relación entre la falta de autonomía y el estado de ánimo. En concreto, el estudio afirma que un 60% de las personas con movilidad reducida se sienten mal con ellas mismas, una percepción más acentuada entre las personas mayores de 70 años las que, además, son las que en mayor medida afirman quedarse muchos días sin salir de casa.

En términos de ayudas económicas a la accesibilidad, solo un 7% de los edificios en los que viven personas con movilidad reducida manifiestan haber recibido alguna ayuda para mejorar su accesibilidad. Aun así, un 24% de los consultados asegura haber pedido a la comunidad de propietarios alguna adaptación, de las cuales, se han atendido poco más de la mitad. Además, el estudio señala también que, a pesar de que puedan ser las que más lo necesitan, las personas mayores son las que en menor medida solicitan estas adaptaciones en sus edificios.